miércoles, 5 de agosto de 2009

Fin.

Estuve esperándole, al borde del acantilado. No quería estar sola en tiempos tan difíciles. Corría el año 1915. Yo tenía diecisiete años. Estaba embarazada y la guerra había matado a toda mi familia, excepto a mi hermano. Y ahora me había dejado plantada.

Esperé horas sentada, con los pies sobre una gran caída, casi parecía el vacío... El mar chocaba contra las rocas, era un sonido agradable. También se escuchaban en lo lejano estallidos, debían ser bombas. No muy lejos de mí se encontraban dos asentamientos de soldados, vigilando la costa. Uno a mi izquierda y el otro a la derecha. No me preocupaban, eran amigos, protegían a los civiles. O eso pensaba...

Cerré los ojos y me tumbé sobre la hierba. Todo saldría bien. Él vendría y me sacaría de allí, buscaríamos un buen hogar. La hierba se movió detrás de mí. Me di la vuelta bruscamente y allí estaba, tan flamante como siempre.

-Hola, pequeña -un dulce beso cayó sobre mi mejilla-. Tenemos que irnos de aquí -me dijo mi hermano con un tono serio y preocupante.
-¿Adónde iremos?
-La cuestión es...

No le dio tiempo a terminar, el ruido de las balas me impidió escucharle. Se dirigían hacia nosotros, aquellos soldados que antes había visto nos disparaban.

Agáchate!

Aquel ruido ensordecía, y yo lloraba de miedo. Mi hermano me abrazaba más fuerte que nunca.

-¡Corre y tírate! -me gritó desesperadamente.
-¿¡Qué!?
-Tírate por el barranco al agua, ¡vamos!
-¡No sin ti!

Corrimos los dos hacia el barranco y, de repente, dejé de sentir el caminar de mi hermano. Miré hacia atrás y vi que tenía una bala atravesada en el cráneo. Tenía mucha sangre. Su expresión facial reflejaba miedo. Pero no sentía ya nada. Estaba muerto. Y la próxima sería yo.

Las lágrimas nublaban mi vista. Di dos pasos y miré hacia abajo. Inmensidad. Vacío. Me habían dado en un hombro, pero ya no me importaba nada, sólo mi bebé. Me tiré sin pensarlo, en silencio. Cerré los ojos esperando morir. No lo deseaba. Recordé a mi hermano y, después, a mi "novio". Era probable que él también estuviese muerto. No me dio tiempo a pensar nada más, pues aquellos soldados fusilaron mi cuerpo a balazos.




Sandra.

4 comentarios:

Monsters dijo...

M-o-l-a..
Aunque es un poco demasiado bestia...xDD
Pobrecilla T__T Me daba pena la chica >__<

Monsters dijo...

Tampoco es tan bestia... xD
Supongo que cosas peores ocurrían en aquellos tiempos...

-.-

Monsters dijo...

Ya bueno...o__o'
Muahahaha
*-*

Welcome to the Black Side dijo...

OH DIOS MIO!
OH DIOS MIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! Quizá no leas nunca este comentario pero..a. DIOS MIO!
Es una taaaan... expresiva, me ha hecho temblar de la emoción. NO es buena es BUENÍSIMA!
Conmovedora.Ojala pudiera expresar con palabras lo bueno que es, pero es que no existen ;)

Ahora recuerdo porque eres mi sensei.

Publicar un comentario

 
blog template by suckmylolly.com